Uno de los primeros edificios inaugurados en la Gran Vía Madrid. Cercano a la calle Alcalá ocupa el número uno y es uno de los más bellos y eclécticos de esta avenida. Con aire belle epoque fue diseñado por el arquitecto español Eladio Laredo y Carranza.

Adquiere el nombre por el que lo conocemos a partir de 1953 en que Alejandro Grassy funda su elitista joyería que ha visto pasear por su interior, decorado con estucos italianos, a personajes como Ava Gardner o Luis Miguel Dominguín. El uso de grandes anuncios en la fachada contribuyó también a que se popularizara de esta manera. A los largo del siglo XX ha mostrado anuncios de relojes de alta gama como Piaget o Baume et Mercier, todos ellos distinguibles al comienzo de la Gran Vía. Ya en este siglo destaca la corona dorada de la casa Rolex en la gran rotonda de la esquina. En el local también destaca un Museo de Relojes que nos muestra piezas de hasta hace cinco siglos.

 

El edificio fue levantado sobre un solar triangular y se compone de dos casas independientes ambas unidas por un  pasadizo vestíbulo ubicado en la planta baja.

La esquina donde se sitúan los locales dúplex está resuelta con una gran rotonda rematada con templetes superpuestos. En las fachadas el arquitecto se explaya alternado cuerpos retranqueados y avanzados en un juego plástico que se acentúa por el amplio desarrollo de las balaustradas de los balcones.

Como datos curiosos hasta hace poco funcionaba un restaurante con espectáculos de Drag Queen que convivía con la opulencia del edificio y de su local emblemático. También en los ochenta fue inmortalizado por el pincel del gran pintor español Antonio López.

 

Textos y fotos: Alexis Rojas Galán

Foto portada: Carlos Ramirez de Arellano del Rey (www.comprar-fotos.com)